Los diferentes tipos de fraude representan un importante problema para las organizaciones en donde usualmente no se le presta la respectiva atención preventiva hasta quizás es muy tarde en la dimensión de los hechos, ni tampoco se toma en consideración que los tipos de fraude han venido evolucionando junto con el comercio internacional y los avances en tecnología, ejemplos de fraude desde su forma más común como puede ser la apropiación indebida de activos, la corrupción, hasta el fraude de los estados financieros, lleva a las empresas a pensar ¿por qué se cometen fraudes?

Una de las teorías más destacadas que intentan explicar la conducta del fraude, es conocida como “El triángulo del fraude” propuesta por el señor Donald Cressey en el año 1953, el señor Cressey fue un reconocido criminólogo que se propuso realizar un estudio para responder la pregunta: ¿Por qué las personas cometen un fraude? Los resultados obtenidos le permitieron al señor Cressey determinar tres vértices de un triángulo compuestos por la presión, la oportunidad de delinquir y la racionalización como los tres principales motivos que motivan a un individuo al cometimiento de un fraude.

Siendo que esta teoría ha evolucionado agregando un cuarto factor al triangulo, formando lo que puede llamarse como el diamante del fraude y en similitud con el diamante que se forma en el campo de béisbol, componiéndose entonces de los siguientes factores: la presión, oportunidad, racionalización y la capacidad.

Para efecto de tener un mejor entendimiento de los factores involucrados, los definimos de la siguiente manera:

  • Presión: puede ser de índole social marcado por diversos status que se desean alcanzar, cargas familiares y hasta situaciones médicas que requieren de un monto económico para atenderse.
  • Oportunidad para delinquir: esta es más fácil que se genere cuando los controles internos son débiles o inexistentes, se refiere a las diversas ventanas de oportunidad para ejecutar el acto indebido.
  • Racionalización: es la habilidad del individuo para justificar sus actos como racionales, encontrando quizás ese engaño propio de justificar lo injustificable.
  • Capacidad (4to y nuevo elemento): es la habilidad del individuo de controlar su organización, considerando factores como la posición que ocupe dentro de la organización, la confianza y habilidad para manipular y obligar a otros.

Es importante agregar que existen factores inherentes a las personas, que podrían detonar la intención de fraude. Uno de estos factores es el maquiavelismo [1], el cual es definido como la toma de decisiones basadas en sus propios intereses, utilizando el engaño y la manipulación para lograr sus objetivos

La presión y capacidad, como el maquiavelismo, son considerados factores internos del individuo que, unidos, aumentan la intención de fraude. Por su parte, la oportunidad como factor externo suele aumentar, si va ligada al maquiavelismo, un ejemplo de esas condiciones de oportunidad en la empresa puede ser el carecer de un sistema interno de denuncias u otros medios de control en la organización.

Las personas con un alto maquiavelismo tienden a ser egoístas y priorizan los resultados sobre el proceso, por lo tanto, es posible que exhiban una mayor intención de fraude que las personas con un bajo maquiavelismo. Es ante este tipo de análisis de problemas que las evaluaciones de personal

periódicas son de vital importancia, con el fin de conocer acerca de situaciones que se podrían estar presentándose o de factores externos que pueden hacer del empleado un blanco fácil del error.

En conclusión, el diamante del fraude es el principal factor que incide en la intención del fraude, los rasgos maquiavélicos son factores que alimentan la intención de fraude, sin embargo, no son un factor impulsor de los componentes del diamante con respecto a la intención de fraude. El análisis de este tipo de rasgos se vuelve de vital importancia para ejecutar acciones de prevención ante amenazas de fraude, se debe recordar que nadie se encuentra exento de caer en un ataque fraudulento.

[1] Maquiavelismo: Modo de proceder con astucia, doblez y perfidia – Diccionario de la Real Academia Española.